Dienstag, 27. Dezember 2011

Rubén González Escudero y Elena García Jiménez intervienen el comedor

El dúo madrileño intervino la sala principal de la casa con dos videoinstalaciones. Ambas aprovechan parte de los muebles para desarrollar su trabajo, la estanteria en un caso y el rincón del sofá con la televisión en el otro.

"A house, a house, a house" (Part II. Work in progress), nace a partir del video que inicia el proyecto, "En cualquier (otro) lugar", y se proyectó en una esquina del comedor, entre la parte más alta de la pared y el techo, alcanzando el marco de la puerta, que entra a formar parte de la proyección.

Su propuesta, un proyecto en desarrollo en el que la proyección del vídeo inicial se suma a sus proyecciones posteriores en otras paredes en otros lugares, almacenando rugosidades, ventanas, puertas, baldosas como las pieles que perdemos, como las capas de recuerdos, como las vidas de una casa. "A house a house a house", el título que adquirió esta obra en esta ocasión, es implacable, lapidaria, apunta directamente al subconsciente de los recuerdos del espectador, hipnotizado por ese no se qué que es "lo eterno" intuido. El espacio actual quedaba ligado, de esta manera, a todos los anteriores y a todos los posteriores.

El espacio investigado, el tomar notas del entorno previamente desconocido donde el individuo se asiente, el registro exhaustivo de la idiosincrasia de las piedras que nos rodean, de las formas y los caminos, dota a la obra de otro aspecto adicional, la traslación del espacio exterior al espacio interior. 


Foto de Paco Arteaga

Foto de Paz López Urzaiz

Foto de Paz López Urzaiz

Foto de Maie Escorial

Foto de S. Panea

Foto de S. Panea
 

"Switch on home", explora lo pesadillesco de las rutinas diarias. El vídeo consiste en un loop que representa a uno de los habitantes de la casa mientras realiza su recorrido habitual desde la calle hasta la casa. La narración, neutra y desintencionada, una cámara que sigue a una persona subiendo a su casa, relaciona este recorrido con cientas de narraciones aprendidas por el espectador, que relaciona el pasaje inconscientemente con una narración intencionada, con algo de fílmico. La cámara llega a la casa y mientras se sienta delante de la televisión, la misma que se encuentra en el propio espacio expositivo, la misma narración vuelve a comenzar en la misma televisión. El visitante, que se encuentra sentado en el mismo sofá que se encuentra en la filmación, asiste desamparado a la repetición de las rutinas, sonidos y movimentos, sin escapatoria posible, al encontrarse sentado precisamente delante de ellos, con la dejadez y la confianza que da la televisión.

Esta zona de la exposición, formada por la tríada habitual sofá-televisión-mesa, fue la más concurrida y animada, quizá por ese acompañamiento tan extraño que da la television a cualquier conversación y encuentro social, aunque no sea más que por medio de un loop infinitio, como en este caso. Esto me dio que reflexionar.

El efecto extraño de la repetición de los mismos sonidos que solemos escuchar diariamente fue como el de un thriller en el que escuchas constantemente subir a alguien. Mientras el vídeo funcionaba, me parecía que alguien subía a mi casa constantemente. En realidad era yo misma quien subía una y otra vez.

Foto de S. Panea

Foto de Paco Arteaga

Foto de Maie Escorial


Obras:

Elena Garcia Jimenez, Ruben Gonzalez Escudero, "A house, a house, a house" (Part II. Work in progress), Installation, projection, 2011.

Elena Garcia Jimenez, Ruben Gonzalez Escudero, "Switch on home", installation on television, 2011. 

© Susana Panea
 

Montag, 26. Dezember 2011

Exhibition text in english

MY HOME MY CASTLE
Intervention of a house

Opening: 2 December 6 pm
Duration: 2 - 4 December
Opening times: 6-9 pm

We are proud to invite you to the opening of the group exhibition "MY HOME MY CASTLE" which will take place next friday, 2 December in a private appartment in the Oppelner Strasse (Berlin). Seven artists are invited to intervene three rooms of a house while asked to reflect about the idea of "house". Through in situ pieces or works in progress, the proposals show the rich chain of associations that the concept raised in their minds.

The house is the common place transfigurated where we play hide-and-seek with our ideas about art. Turned into object and issue at the same time, home is the central idea that articulates the positions of the seven young artists invited to intervene a house in Kreuzberg during a weekend.

From art to furniture there is an ambiguous pathway that we love. The house seem to be the right place to play with this precious and unstable device that we call art. Theatre of plans, failures, wars and surrenders, cartography of steps and desires, home is, however, the doubtless matrix to start from and to go back to, the unquestionable reference, not coincidentally is "house" the place where you are save in child games too. Experimenting the own house is as individual as living the own life, then it grows with its inhabitants like an organic entity, and our conversations with space build our daily relation to it.

Houses talk, for us, with us, without us, they extend our presence in the physical world but they set the border with the rest of the world too. How to integrate the arbitrary language of art in the widely known and lived environment of a house with its own stories and traces is the starting point of "My home my castle", a journey into the internal representations of home of the invited artists.

The intervention takes place in three rooms of the house, which then loose its common use for a couple of hours to turn into scenery to pass through and object to look at. In this experiment of estrangement are the artists who have the last say.

Artists:  


© Susana Panea, 2011

Dienstag, 13. Dezember 2011

La intervención de una casa: Una reflexión post traumática

Durante tres días y tres noches habité un espacio transfigurado, casi desfigurado, metamorfoseado en sala de exposición transitada por gente extraña. Mi casa dejó de serlo durante un fin de semana completo en el que tuve que lidiar con asuntos ajenos, tanto para las obras como para la casa. Cómo abrir un grifo del que cuelgan gotas de cartón con hilo de pescar. Cómo ducharse en un cuarto de baño vigilado día y noche por un proyector. Cuántas veces ha estado una obra en una tesitura semejante. Qué le importa. Las obras continuaron siendo obras con esa testarudez suya tan propia. Y la jerarquía continuaba estando clara, como si no fuera mi casa, sino un espacio creado para ellas. 

El mundo exterior fue invitado a transitar por un espacio privado prestado a ello, pero no por eso menos extrañado. Y es precisamente este extrañamiento, esta apertura a lo público lo que da calor a un acto que, para muchos, sigue teniendo la frialdad de lo intelectual y lejano.

Una obra de arte es una obra de arte, siempre y en todo momento, por naturaleza, función y objetivo. ¿Qué pasa cuando se la inserta en una escena cotidiana? No deja de serlo, sino que transfiere al espacio parte de sus cualidades. Y ¿qué somos nosotros cuando transitamos por ese espacio transformado, cuando desayunamos, nos vestimos, comemos junto a uno de esos objetos? ¿Se transforman en mueble, en electrodoméstico quizá, en ese objeto que convive con nosotros todo el tiempo?

Me interesaba mostrar lo que Danto ya desenredó en "La transfiguración del lugar común", eso que descubrió Duchamp en su momento, cambiando para siempre el discurso de la creación contemporánea: cómo se produce la transformación de un objeto común en obra de arte. Para ello quise mezclar la vida cotidiana con el mundo aural del objeto artístico.



La propiedad no es un factor válido aquí, que lo convierta en un objeto semejante al del coleccionismo, pues las obras no fueron adquiridas. El placer exhibicionista del coleccionista que muestra sus adquisiciones no existe aquí. Este estado transfigurado es un estado temporal en el que convivimos con lo atemporal. Las obras sólo ocuparon un espacio, mi casa, y cuando se marcharon quedó la nada. En el mundo paralelo siguen ahí.

Comedor, distribuidor, cuarto de baño y cocina fueron los espacios a intervenir.

Elena García Jiménez y Rubén González Escudero intervinieron el comedor con las instalaciones específicas "A house a house a house (Part II. Work in progress)" y "Switch on home", ambas de 2011.

Paz López Urzaiz se apropió del distribuidor con dos instalaciones, "Tribute to my first floor neighbor", del 2009 y reeditada para esta ocasión y "I have to find a picture for my new frame", 2011. En el comedor instaló "From bed to Sofa", obra de 2010 que ya presentó en Alice Gryphius y que reelabora para esta exposición.

Inés Aparicio y Sara Díaz Rodríguez dieron nueva vida al cuarto de baño minúsculo con la videoinstalación en colaboración "Minälskling" (2010).

María Luján y Maie Escorial intervinieron la cocina con la instalación pop ad hoc "#!@?$!!" (2011).


© Susana Panea, 2011

Montag, 12. Dezember 2011

Texto informativo en castellano

MY HOME MY CASTLE
Casa intervenida
Apertura: 2 de diciembre 18 h.
Fechas: 2-4 de diciembre.
Horarios: de 18 a 21 horas.

El pasado 2 de diciembre tuvo lugar la apertura de la exposición colectiva "MY HOME MY CASTLE" en una vivienda privada en la Oppelner Strasse de Berlín. Con "la casa" como tema a partir del cual desarrollar las propuestas, siete artistasfueron invitados a intervenir tres habitaciones de la casa, creando obra nueva en algunos casos o ampliando otras en proceso. El resultado dejó ver la amplitud de asociaciones que la idea ha inspirado en los artistas.

La casa es el lugar común transfigurado donde jugamos al escondite con nuestro concepto de arte. La casa, convertida en objeto y en pregunta, es el concepto en torno al cual se agrúpan las posiciones de los siete jóvenes artistas invitados a intervenir una casa en Kreuzberg durante un fin de semana.

Entre el arte y el mueble hay un itinerario equívoco que nos encanta. La casa parece, a estos efectos, el lugar adecuado para jugar con ese artefacto precioso e inestable que parece ser el arte. Escenario de planes, fracasos, guerras y rendiciones, cartografía de pasos y deseos, el hogar es, sin embargo, la matriz inequívoca de la que se viene y a la que se va, la referencia indudable, por algo se llama "casa" el lugar donde estar a salvo en los juegos infantiles. Vivir la casa propia es tan individual como vivir la propia vida, crece con sus habitantes como un ente orgánico, y nuestras conversaciones con el espacio conforman nuestra relación diaria con él.

Las casas hablan, por nosotros, con nosotros y sin nosotros, prolongando nuestra presencia en el mundo físico, marcando al mismo tiempo la frontera con el resto del mundo. Cómo integrar el lenguaje arbitrario del arte en el entorno conocido y vivido de una casa con historias propias es el punto de partida de "My home my castle", un viaje a las representaciones interiores de "casa" de los artistas invitados.

La intervención se articula en tres habitaciones de la casa, que de esta forma pierden por unas horas su función habitual para mutar en escenario a través del cual transitar y en objeto que contemplar. En este experimento de extrañamiento son los artistas los que tienen la última palabra.

Artistas:


© Susana Panea, 2011